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Conoce a los emprendedores detrás de cada producto
Susana Soto
Emprendedora de Buin
Desde hace 15 años Susana trabaja en apicultura y con los años su oficio dio paso a la cosmética natural donde su principal ingrediente es la miel. Hoy ya cuenta con cerca de diez productos: crema para manos, bálsamo labial, alcohol gel, jarabes naturales, perfumes, entre otros. Gracias a este emprendimiento Susana puede sacar a su familia adelante: “Trabajando volví a creer en mí y en mis capacidades, mejoró mi autoestima. Banigualdad me ha ayudado con lo financiero y también a desarrollar nuevas habilidades para tratar con gente, ser más tolerante y abrirme a otras personas”
Roxana Sánchez
Emprendedora de Paine
Aficionada a trabajar con sus manos y probar distintos oficios, Roxana decidió estudiar más sobre las propiedades de las plantas medicinales y la extracción de sus beneficios para poder crear aceites. Poco a poco desarrolló esta idea hasta convertirla en productos amigables con el medioambiente y 100% naturales. En su emprendimiento hace jabones, desodorantes, dentífricos, shampoos, aceites y cremas, todo en base a las propiedades de plantas que ella misma cultiva. “Con el apoyo de Banigualdad me siento empoderada y capaz de hacer cosas nuevas. Me gusta compartir experiencias con mis compañeras de grupo”.
Claudia Marín
Emprendedora de Santa Cruz
Gracias a distintos programas de apoyo al emprendimiento, Claudia pudo aprender a deshidratar hierbas naturales y decidió crear una línea de productos relacionados con el bienestar de las personas. Esta emprendedora fabrica guateros de semillas, aceites naturales para masajes, infusiones y té con frutas. “Con los microcréditos de la Fundación pude fortalecer mi negocio, comprar los insumos y generar ingresos. Hoy puedo pagar los estudios universitarios de mi hijo gracias a mi trabajo y me da una gran satisfacción”.
Jorge Valenzuela
Emprendedor de San Bernardo
Jorge partió con su emprendimiento de tés como una forma de reinventarse en medio de la pandemia. Él trabajaba como conserje de un edificio y quedó sin su fuente laboral. Decidió emprender con tés porque sabía que sería un producto que las personas iban a consumir. Pensó en las distintas mezclas, trabajó su presentación e incluso patentó su marca. Jorge distribuye sus productos a nivel nacional y además ha podido incorporar difusores, teteras y una nueva línea de café turco. “Con el apoyo de la Fundación he ido creciendo y ya tengo mi propio local en el centro de San Bernardo. Somos una empresa familiar”.